Bautismo de Bebés
- El Bautismo es el primero de los sacramentos y la puerta que nos abre a la vida cristiana. A través de él recibimos la gracia de Dios, somos liberados del pecado original y renacemos como hijos de Dios, formando parte de la Iglesia, que es la gran familia de los creyentes.
- Jesús mismo nos dejó este mandato: “El que crea y se bautice se salvará” (Mc 16, 16).
- Por ello, la Iglesia siempre ha cuidado con especial amor este sacramento, que no es un simple rito o tradición cultural, sino un don inmenso de Dios que marca para siempre la vida de quien lo recibe.
Sentido del Bautismo:
- Purificación del pecado original: todos nacemos con la herida del pecado original, que nos separa de Dios. En el Bautismo, Cristo nos libera y nos concede la vida nueva de la gracia.
- Participación en la muerte y resurrección de Cristo: al ser bautizados, nos unimos al misterio pascual de Jesús, muriendo al pecado y resucitando a una vida nueva.
- Hijos de Dios y miembros de la Iglesia: el bautizado recibe el Espíritu Santo y pasa a formar parte de la Iglesia, familia de Dios en la tierra.
- Don de la Santísima Trinidad: en el corazón del bautizado habita desde ese momento el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
Tal como enseña el Catecismo de la Iglesia Católica (nn. 1213-1284), el Bautismo es fundamento de toda la vida cristiana y puerta de acceso a los demás sacramentos.
Bautismo de los niños
- Desde los primeros siglos, la Iglesia ha practicado el Bautismo de los niños, porque cree que nadie debe quedar privado de la gracia de Dios. Los padres, al presentar a sus hijos, manifiestan su deseo de que crezcan en la fe y reciban la vida nueva en Cristo.
- El Bautismo de bebés es por tanto un acto de fe y amor de los padres, padrinos y de toda la comunidad cristiana, que se comprometen a acompañar al niño en su camino de fe.
Signos y símbolos del Bautismo:
- El agua: signo visible del sacramento, que purifica y da vida.
- La unción con el Santo Crisma: que consagra al bautizado como miembro de Cristo, Sacerdote, Profeta y Rey.
- La vestidura blanca: signo de la nueva dignidad como hijo de Dios.
- El cirio encendido: recibido de la luz de Cristo, para caminar siempre en su presencia.
Celebración del Bautismo en la Parroquia:
En nuestra Parroquia de Nuestra Señora de los Ángeles (C/ Bravo Murillo, 93 – Madrid) acogemos con alegría a las familias que desean que sus hijos reciban este sacramento.
Cómo solicitarlo:
- Acudir a la sacristía o al despacho parroquial para reservar la fecha, también pueden escribirnos al WhatsApp de la sacristía para ampliar información.
- Los padres y padrinos deberán participar en una catequesis preparatoria sobre el sentido del Bautismo y su misión en la educación cristiana del niño.
- Es importante elegir padrinos creyentes y practicantes, que puedan acompañar al niño en su camino de fe.
Iniciación a la vida cristiana:
- El Bautismo no es una meta, sino un punto de partida. Al recibirlo, comienza el camino de la vida cristiana, que se fortalece con los demás sacramentos: la Confirmación y la Eucaristía, hasta alcanzar la plenitud de la fe.
- El niño bautizado entra en una gran familia: la Iglesia, y desde ese momento está llamado a crecer en amistad con Dios, acompañado por la comunidad cristiana.
- Que cada Bautismo en nuestra parroquia sea una fiesta de fe y vida, donde recordemos que Dios sigue llamándonos a ser hijos en su Hijo Jesucristo, templos vivos del Espíritu Santo y miembros de su Iglesia.